LA MALDICIÓN DE SU TUMBA

El hombre que abra la tumba cuando
Sea hallada
Y que no la cierre inmdediatamente
Sufrirá grandes males que nadie podrá
Pobar.

(CIX C7)

Cuando lo exhumaron no encontraron ningún papel sólo una broma pesada que había tenido que esperar ciento treina y cuatro años para hacer efecto. En el esqueleto había un medallón que llevaba grabado el año de 1700 era el año en el que lo había abierto, entonces lo cerraron y lo precintaron y lo dejaron en su sitio donde estaría en paz hasta noventa y un años después.

El medallón

En la noche de 1791 durante la revolución francesa, una banda de guardias nacionales borrachos que procedía de Marsella (En el sureste de Francia) penetraron en la iglesia con el propósito de saquearla. Las picas y las bayonetas convirtieron en grava la losa de dos metros ochenta que ocultaba el ataúd de Nostradamus. El alcalde de Salon despertó al oír los ruidosos cánticos y vio la luz temblorosa de las antorchas que salía del interior del templo. Al entrar, se encontró con una escena macabra de soldados y gentes del lugar que bailaban y arrojaban los huesos del profeta mientras un guardia desgreñado bebía vino utilizando el cráneo como si fuera una copa. Los campesinos habían retado al guardia a beber porque creían que quien bebiese la sangre del cráneo adquiriría las facultades del profeta y el vino se parecía mucho a la sangre.

El alcalde tenía que parar todo ese estropicio porque eran los huesos más importantes de la ciudad. Al final los convenció y se fueron.

Al día siguiente a los soldados que entraron en la iglesia les tendieron una emboscada. El soldado que había bebido vino del cráneo se vio aliviado de la resaca y de la vida por la bala de un francotirador. Los demás soldados murieron de una forma extraña.

En su tumba pone: «Aquí descansan los restos mortales del ilustrísimo Michel Nostradamus, el único hombre digno, a juicio de todos los mortales, de escribir con pluma casi divina, bajo la influencia de los astros, el futuro del mundo.»

Tumba de Nostradamus